Colección Raíz
- stillnessandblood
- 13 nov 2014
- 3 Min. de lectura

La colección Raíz busca publicar y difundir las primeras obras de autores jovencísimos, nacidos después de 1995. Con la finalidad de brindar una oportunidad a quienes inician en la poesía. Un lugar para la poesía naciente, para la poesía que recién se cultiva, para la poesía del origen. ¿Pero por qué apostar por autores tan jóvenes? Porque el trabajo de un autor no lo define su edad, no lo limita para crear algo bueno y con calidad artística. Queremos tratar a los autores jovencísimos como personas capaces y comprometidas con su labor, guiarlos, apoyarlos, porque se ha borrado la línea que separa el futuro de lo que es ahora, porque son, porque existen, porque están creando y es necesario divulgarlo. Una colección que también será un hogar.
He aquí a dos de nuestros primeros autores que inaugurarán Raíz en 2015:
Poemario con
ilustraciones de Kai Corvus (España)
(Tucumán, Argentina, 1999). De la última tanda de hijos del siglo pasado. Director de Por qué tiemblan, una web dedicada a la difusión tanto de obras elementales como la de jóvenes poetas. Escribe prosa y verso. Publicado en varias antologías y revistas, así como trabajos propios en formato digital.
MADRE ABRE LAS PIERTAS. Eso, la madre es un animal inepto que come para afuera. Quiso parirme. Abre las piernas desde su inconsciente sentido de la postura. Uno quiere volver a entrar, aferrarse. No sabías, madre, que parirme no es amarme. Me has hecho un error brutal en la carne, en el sexo; un partir hacia tu adentro y yo lloraba sin pausa como sabiendo el cese de la lluvia.
Entonces era tarde y afuera nada. Entonces era tarde y afuera la nada.
Madre, fue una tragedia inmensa darme a luz para nunca y mal. Me desdoblo ante la vida y ya la primera luz recrea la miseria. El mundo está ahuecado. Madre, el mundo está ahuecado y te pedí mil nanas para saciar la herida de haber nacido infausto. Hay la vida detrás del pecho y yo ya irrigaba perlas y ríos por todo el cuerpo. Caigo en otras manos. ¿Por qué la boca siempre abierta? No, no es una boca, las bocas no lloran. Decir boca es nombrar la herida, y mamá tiene un par.
La luz delimita el espacio
Poemario con
ilustraciones hechas por la autora.
(Oviedo, España, 1998). Estudia primero de bachillerato. Ha participado en medios digitales como Ciudades Esqueleto y Obituario. A veces sueña que es otra persona, pero siempre despierta siendo la misma.
EL CORTOCIRCUITO
La primera vez fue a los siete años.
Recuerdo el olor a tierra mojada,
los rostros angustiados de las otras niñas.
Después, la blanca luz del hospital,
sus paredes nacaradas.
Recuerdo pensar: “he muerto”,
pero mi madre estaba allí
y yo sabía que mi madre estaba viva.
Mi padre voló desde Barcelona
(el perfecto padre que viaja por su niña enferma).
Discutieron, como si siguieran casados.
La culpa es tuya, se decían el uno al otro.
La culpa es de tus genes podridos.
Yo no sabía qué eran los genes, pero
pensé en la fruta.
Pensé
que quizás
había comido algo en mal estado.
Fruta podrida
en el estómago.
Sólo después mi padre
me habló del cortocircuito.
Me habló de sobrecargas en el cerebro.
De fusibles que saltaban,
intentó bromear
con una sonrisa triste.
Tendré que ir con cuidado,
pensé.
Tendré que moverme despacio
para que nada falle.
Tendré que
dejar la mente en blanco.
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